La
melancolía, si eres menos dramático la tristeza, nunca es real y siempre es poética. Es hasta egoísta.
Es tuya, tu melancolía, la que percibes cuando eres consciente de
que estás triste. Pero sería injusto usar solo "triste"
contigo mismo, no, es más que eso. O quizá no, pues el hecho de no ser nada también es fuente de tristeza. Y a veces todo esto es tan fuerte que parece eterno, en algunas circunstancias vitales más que en otras.
Pero
nada es para siempre. Ni tú, ni tu melancolía.
Hay personas que se animan cuando leen en algún sitio que la felicidad es
una opción, y se lo creen. En ese momento no hacen nada, pero es
reconfortante. Es de esas cosas, como las citas, que al leerlas
parece que siempre son verdad. Hay algo grandioso en las citas y en
los dichos populares, algo mágico, algo que hace que muy pocos se
atrevan a oponerse. Simples palabras que una vez dijo alguien y
otros las declararon sabias. Sólo palabras. Sólo otra persona que
no era para siempre, cuya melancolía era egoísta. Palabras que pasarán al recuerdo y gracias a ellas seguirán viviendo en mucha gente sólo porque supieron expresar lo que tantos sentimos. Trascender gracias al arte o a la ciencia te hace eterno, pero por desgracia no está al alcance de muchos.
Eres
finito. Somos finitos. Pero a veces nos creemos infinitos como el
universo. Y, como el universo, en el momento que descubramos que no
lo somos ya nos dará igual. Todo da igual, en el fondo. Siempre vamos de lo universal a lo insignificante. Reímos, lloramos, existimos. Es simple y complicado. Es magnífico. Es lo que más merece la pena.
No es cierto que siempre nos creamos infinitos. Porque está la muerte, somos conscientes, y por ello pensamos.
Y, en medio de toda esa inmensidad, sentimos.
Espero que quien llegue aquí esta pequeña reflexión de dimensiones infinitas le haya servido de algo, aunque sólo fuera para pasar el rato. Es mi propósito, y espero tener fuerzas para escribir más cosas así de aquí en adelante. Bienvenidos a este rincón de mi mente.
No es cierto que siempre nos creamos infinitos. Porque está la muerte, somos conscientes, y por ello pensamos.
Y, en medio de toda esa inmensidad, sentimos.
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Espero que quien llegue aquí esta pequeña reflexión de dimensiones infinitas le haya servido de algo, aunque sólo fuera para pasar el rato. Es mi propósito, y espero tener fuerzas para escribir más cosas así de aquí en adelante. Bienvenidos a este rincón de mi mente.
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